viernes, 27 de junio de 2008

Besos míos, inventados por mí, para tu boca


"Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada hay besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos,
sinceros hay besos que se dan sólo las almas hay besos por prohibidos,
verdaderos.
Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos.
Hay besos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia cuantas rosas en broche han deshojado.
Hay besos perfumados,
besos tibios que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas como un campo de sol entre dos
hielos.
Hay besos que parecen azucenas por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.
Judas besa a Jesús y deja impresa en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos fortifica piadosa su agonía.
Desde entonces en los besos palpita el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen a la brisa que juega con las flores.
Hay besos que producen desvaríos de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos inventados por mí, para tu boca.
Besos de llama que en rastro impreso llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos que solo nuestros labios han probado.
¿Te acuerdas del primero...?
Indefinible; cubrió tu faz de cárdenos sonrojos y en los espasmos de
emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.
¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso, y qué viste después...?
Sangre en mis labios.
Yo te enseñe a besar: los besos fríos son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos inventados por mí, para tu
boca."

Besos, Gabriela Mistral



'El beso' (1950), la célebre fotografía de Robert Doisneau que muestra a una pareja besándose en una calle de París.

Doisneau tomó en 1950 esta foto y desde entonces se han hecho millones de copias. Dos jovenes veinteañeros, estudiantes de arte dramático posaron para el fotógrafo.El enamorado Jacques Carteaud no conservó la fotografía firmada que Robert Doisneau (fallecido en 1994) le mandó. Por el contrario Francoise Bornet guardó la fotografía. La enamorada actriz, Bonet, estudiante de arte dramático, hizo pública la existencia de la foto en 1992, cuando surgieron candidatos reclamando el cobro de derechos de autor. El Beso. La foto de Doisneau se convirtió en el símbolo del París romántico de mediados de siglo. Todo comenzó cuando la revista estadounidense America's Life encargó al fotógrafo material gráfico para un reportaje cuyo tema sería el Amor en París. Robert Doisneau observó a una pareja de enamorados en un café parisino besándose y fue entonces cuando les propuso una actuación en la calle, concretamente ante el Ayuntamiento de París.La foto la tomó en 1950, cuarenta años más tarde se habían vendido más de 400.000 copias. "Le Baiser de l'Hotel de Ville",su título original, en forma de calendario, postales o carteles dieron la vuelta al mundo a mediados de los años 80.

Muchos aseguraron ser los protagonistas de la famosa escena inmortalizada en París con el fin de cobrar derecho de autor . La casa de subastas Artcurial anunció la venta de esta foto y fijó un precio de salida estimado entre 15.000 y 20.000 euros.

miércoles, 18 de junio de 2008

In my life, I love you more...




"Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos
abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu
imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el
pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te
escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza ..."


Mario Benedetti, Gracias por el fuego (Fragmento)

viernes, 13 de junio de 2008

Tan soñadora como el surrealismo mismo...




“Cuando vemos siempre a las mismas personas, terminamos haciendo que pasen a
formar parte de nuestras vidas. Y como ellas forman parte de nuestras
vidas, pasan también a querer modificar nuestras vidas. Y si no somos como
ellas esperan que seamos, se molestan. Porque todas las personas saben
exactamente como debemos vivir nuestra vida. Y nunca tienen la menor idea de
cómo deben vivir sus propias vidas.”
Paulo Coelho