lunes, 7 de diciembre de 2009

El nombre de la rosa (fragmento)



" Guillermo se sentía profundamente humillado. Traté de consolarlo, diciéndole
que hacía tres días que estaba buscando un texto en griego y era natural que
hubiese descartado todos los libros que no estaban en griego. El respondió que
sin duda es humano cometer errores, pero que hay seres humanos que los cometen
más que otros, y a estos se los llama tontos, y que él se contaba entre estos
últimos, y se preguntaba si había valido la pena que estudiase en París y Oxford
para después no ser capaz de pensar que los manuscritos también se encuadernan
en grupos, cosa que hasta los novicios saben, salvo los estúpidos como yo, y una
pareja de estúpidos tan buena como la nuestra hubiera podido triunfar en las
ferias, y eso era lo que teníamos que hacer en vez de tratar de resolver
misterios, sobre todo cuando nos enfrentábamos con gente más astuta que
nosotros.
(...)
El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es
la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la
duda. El diablo es sombrío porque sabe adonde va, y siempre va hacia el sitio
del que procede. Eres el diablo, y como el diablo vives en las tinieblas. Si
querías convencerme lo has logrado. Te odio, Jorge, y si pudiese te sacaría a la
explanada y te pasearía desnudo. "

Umberto Eco

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